ARECIBO – “Esa mujer es un monstruo”. Preocupada por el bienestar y por la salud emocional de sus nietos, doña Felícita Soto no puede entender cómo su nuera pudo haber sido víctima de un ataque tan salvaje a pocas semanas de parir a su cuarto hijo.
Soto es suegra de Martiza Ramírez Cruz, la joven de 23 años asesinada a batazos la semana pasada en Milwaukee por la también puertorriqueña Annette Morales Rodríguez en un caso que ha consternado al País.
“Mi hijo está desconsolado. Se hace el fuerte y está haciendo todo lo posible para poder sacar a sus hijos hacia adelante… yo voy a él cien por ciento”, dijo Soto en su humilde residencia del sector Abra San Francisco de Arecibo.
Soto contó que su hijo Christian Mercado y Ramírez Cruz se casaron hace nueve años, aunque se criaron desde pequeños en el sector mencionado. Tenían tres hijos: dos niñas de 6 y 4 años y un varón de 2. El bebé, que según los doctores nacería el 16 de octubre se llamaría Omar y sería el decimoctavo nieto de doña Felícita.
La mujer contó que hacía varios años la pareja se movía entre Puerto Rico y Estados Unidos y cumplirían un año en la ciudad de Milwaukee, donde residen el padre de Mercado y un hermano.
El joven trabajaba en una imprenta, mientras Maritza se quedaba en el hogar cuidando a sus tres hijos. Cuatro días antes de su muerte, la joven había recibido la visita de su mamá para ayudarla en las últimas semanas del embarazo.
Soto describió a su nuera como una joven alegre que siempre mostraba una sonrisa.
Explicó que Ramírez Cruz y su bebé serán sepultados en Arecibo, posiblemente en el cementerio El Tres. Aún no hay fecha para el traslado a la Isla de los cuerpos.
Por su parte, la presunta asesina Morales Rodríguez permanece en prisión, tras no poder pagar una fianza de $1 millón.
Según la acusación, la mujer admitió que asesinó a batazos a Ramírez Cruz para extraerle el feto y fingir que lo había parido ella. Tras el crimen, Morales Rodríguez presuntamente le cortó el vientre a Ramírez Cruz, imitando un procedimiento similar que había visto en televisión. Cuando sacó a la criatura, se percató de que no estaba respirando. Entonces, se untó sangre de su víctima entre las piernas, llamó al 9-1-1 y fingió que lo había parido muerto.
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