Aficionados y Fanáticos al “Rey de los Deportes”: dentro de la intensidad de una recta final llena de emociones e incógnitas, y aún esperando el desenlace de dos de las más espectaculares y dramáticas caídas en la historia de las Grandes Ligas (Medias Rojas de Boston y Bravos de Atlanta), hicimos una pausa para asistir a la convivencia de Robinson Canó con más de 50 niños de diferentes escuelas de Nueva York, en un evento organizado por ESPN-ESPNDeportes y Major League Baseball, en las instalaciones de la famosa MLB Fan Cave, ubicada en la “Urbe de Hierro”.
Acostumbrados a ver a los peloteros desenvolverse en el terreno de juego, en el vestidor, en las conferencias de prensa e incluso en medio de aficionados, de pronto resulta extraño observarlos en un ambiente totalmente diferente, cuando rodeados de niños que preguntan inquietudes sin ningún interés adicional que satisfacer sus incógnitas; finalmente dejan ver ese espíritu infantil que todos llevamos dentro, pero que en el caso de los beisbolistas, en rara ocasión podemos ser testigos de cómo aflora.
Robinson llegó acompañado de su padre y fue precisamente José Canó quien se encargó de dejar en claro a los niños ahí reunidos, que la base del éxito de su hijo ha sido siempre el trabajo de todos los días, el no separarse nunca de su bat y su guante, pero sí mantenerse ajeno a vicios y malas compañías
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